Clara lV

 

El avión aterrizo silencioso como un ave majestuosa en medio de la noche, descendimos por la puerta del avión rápidamente ya que los empleados de Clara eran también vampiros y conocedores de todos nuestros secretos. Clara me indico que condujera el mercedes que nos aguardaba; ya en el coche mi mirada la interrogaba por saber nuestro destino y la esencia de mi nueva condición de vampiro.

- Estamos en Bulgaria que es cuna de nuestros ancestros y nos dirigimos a un lugar oculto para los humanos, cuando lleguemos tendrás todas las respuestas y nos recibirá el máximo, líder de nuestra raza, no te sorprendas por su aspecto, encierra una gran sabiduría ya que tiene más de 1000 años y su conocimiento de nuestra raza es muy extenso, sé que no puedo reclamarte nada, ya que te arrebate tu humanidad a la fuerza, pero espero que al recibir el legado de nuestra raza me perdones y comprendas su hermosa magnitud.

Asentí silencioso y lleno de tristeza, me embargaba una sensación de perdida, la principal pregunta era, ¿dónde estaba mi alma? ¿era un demonio, un ser malvado que no merecía perdón o por el contrario, mi alma perduraba en alguna parte de mi esencia de vampiro?

El coche rodaba suavemente por el asfalto, era un país totalmente desconocido para mí, podía admirar el paisaje sin dejar de conducir, ¡era tan natural todo este poder que me confería mi naturaleza!, pero no podía dejar de sentir asombro por ello. Rápidamente llegamos a nuestro destino que era una gran mansión, que oculta tras un bosque, encerraba un gran misterio tras sus puertas acorazadas, nadie podía entrar en esos territorios, eran privados y conocidos como el hogar de unos ricos millonarios.

Dejamos el escaso equipaje en las habitaciones del piso de arriba, todo lo rodeaba un gran lujo, pero no estaba recargado,  estaba decorado con buen gusto y muy actual, me sentí como si estuviera en casa y esa sensación fue agradable después de tantos cambios en mi vida.

Nos dirigimos al salón de la casa donde sus congéneres estaban sentados cómodamente, esperando nuestra presencia.

- Os presento a mi Iradiel y su nombre nos será revelado cuando conozcamos su verdadera historia, antes se hacía llamar Iván en su vida humana.

Entonces entro en la estancia un ser increíble que me dejo sin habla, era muy bello y sus ojos denotaban una gran sabiduría y no exenta de bondad, su físico era de un joven de 20 años de cabello largo y rubio, sus ojos eran de un color que recordaba el océano profundo y ahora me estaban mirando con una intensidad que me hizo girar la mirada, se acerco a mí y con mucha suavidad tomo mi rostro en sus manos, y me hizo mirarle de nuevo.

- No debes de temer mi presencia, eres uno de mis hijos y así serás tratado, veo en tu mente que estas preocupado por tantas preguntas, descansa esta noche y mañana serás iniciado para conocer tu verdadero nombre y tu legado.

Despareció de mi vista y me sentí abrumado no sabía que sentir ni que pensar y Clara me envolvió en sus brazos amorosamente, llevándome a una sala donde los pergaminos antiguos llenaban las enormes estanterías de la bella estancia, de maderas nobles y finamente talladas, estaban repartidas por toda la biblioteca y también abundaban los libros con hermosos grabados en relieve, me quede asombrado de la grandeza de la estancia, Clara me invitó a leer un libro que estaba próximo a mi mano encima de la mesa.

- Te dejo mi amor, voy preparando tu alimento, debes de estar sediento después del largo viaje, así recuperaras fuerzas, mañana va ser un hermoso día.

El libro que tenia frente a mi debía de tener varios siglos y tomándolo me sumergí en su lectura, hablaba de cuando los primeros vampiros llegaron a Europa procedentes de varios lugares del mundo, de su ardua búsqueda por su historia, del porque de su nacimiento y su naturaleza depredadora de humanos la cual querían doblegar y poder sobrevivir sin apenas alimentarse de sangre. 

Comprendieron que debían estudiar su naturaleza y así conocerla mejor, y estaban en ello desde hacia varios siglos, las revelaciones habían sido muy sorprendentes, seguí leyendo sin parar toda la noche, después de alimentarme con una sangre muy extraña que Clara me dio,  me sentí como embargado de una gran paz, un gran sosiego y la noche me reveló sus secretos dejando caer de mis ojos lágrimas de amor…

Arwen