Clara V

No necesitaba dormir, solo soñar con ese pasado que desconocía, mi conocimiento sobre los vampiros era muy escaso, apenas lo visto en alguna película, que eran malvados y unos asesinos depredadores, no podían salir a la luz del sol y su único propósito era beber sangre humana. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Clara que entró en mi habitación:

- Debemos ir a un lugar sagrado para nosotros, ven sígueme mi Iradiel.

Bajamos varios pisos en un ascensor oculto tras una pared de la biblioteca,  era un lugar muy bello adornado de muchas antigüedades y hermosos tapices antiguos, me llevo a través de estancias llenas de pergaminos y libros, hasta llegar a un portal de madera tallado con bellas figuras de criaturas como nosotros y lo más curioso es que había un enorme sol tallado sobre sus cabezas.

Era una habitación totalmente vacía, solo en el medio había una pequeña urna con un libro dentro que irradiaba una gran luz, casi no podía mirarlo porque me cegaba, parecía la luz del sol que antes si podía mirar y sentir en mi piel, ahora me repelía y quise irme de aquel lugar.

Clara me condujo hacia él y me pidió que lo cogiera en mis manos, retrocedí y ella con ternura me ayudo a llegar a él, torpemente abrí la urna y lo empece a leer por la primera página, me sentí invadido por una sensación de dolor en mi interior, era mi alma o esencia que resurgía en mi cuerpo de vampiro, me envolvió en su luz y me vi alzado por encima de la urna y transportado a otro lugar. Era una llanura llena de hierba, al lado un riachuelo y en la lejanía pude ver un hombre, su rostro desprendía mucha bondad como el día anterior en el salón de la gran casa, me situé a su lado y su voz tan hermosa me envolvió con armoniosa nitidez:

- Me ha sido revelado tu nombre, eres Tohum , tú eres la esencia más profunda, eres hijo de los sueños y de las verdades absolutas, tú eres la semilla que nos trae el viento del norte, el hermano de la madre tierra que engendrada por tu ser indómito y puro ha de ser el que procure la ultima palabra a nuestra fuente de sabiduría, aquel que de sus amorosas entrañas desvelará el secreto de nuestros antepasados y por fin podremos caminar de día, eres el espíritu de tierra y de amor, alcanzando ese regalo que nos prometieron los ancestros, por fin podremos complementarnos con nuestra esencia vital y ya no alimentarnos más de la sangre humana.

De repente todo se volvió de un color muy blanco y no supe donde estaba, me vi rodeado de muchas presencias que entraban en mi mente, me despojaban de mi miedo y mis necesidades de vampiro, ya no temía la luz del sol y podía dejar de sentir esa sed en mi garganta. Volví en mí y al lugar donde la urna estaba abierta, el libro estaba en mis manos y ahora podía leerlo, sus letras en otro idioma se revelaron, todo lo visto en mi mente antes se descubría en sus hermosas letras, todo ya cobraba sentido y percibí como varios vampiros se acercaban a mí y asombrados me dirigieron su sabiduría, comprendí mi verdad en ese instante...y lo que en verdad era.

Autora: Arwen
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